Villar de Maya (Villar del Río)
CERRO DEL HAYA (VILLAR DE MAYA)
Como no pocos yacimientos castreños de la cuenca del Cidacos, este interesantísimo poblado es dado a conocer por Pilar Pascual e Hilario Pascual en su carta arqueológica del Cidacos. Su localización parece que se debió a los trabajos de reforestación de la década de los setenta, cuando la maquinaria de abancalar el terreno para sembrar pinos sacó a la luz algunos muros y abundantes materiales que llamaron la atención a los operarios de ICONA, según nos comentó el entonces encargado de la guardería forestal Félix Jiménez. Pilar e Hilario Pascual apuntan su documentación en prospección sistemática en agosto de 1979.
El acceso es sencillo, saliendo de Villar de Maya hay que seguir la carretera que se dirige a Santa Cruz de Yanguas. Recorrido un kilómetro tomaremos una pista forestal que sale a la derecha, dirección noroeste. A 600 metros dejaremos inmediato por el norte el yacimiento, con restos visibles de un muro en el talud que cae sobre el arcén, justo antes de atravesar la valla que cierra el bosque de pino repoblado.
Se trata de un castro de forma ovalada con caída abrupta en cara larga norte, sobre el arroyo Serantes, y ligeramente elevado en los otros tres flancos. De cara al oeste aún se aprecian los bloques ciclópeos de lo que seguramente fue una torre que cortaba el paso por el oeste el flanco de acceso más diáfano; es posible que la precediese un foso, no muy evidente en la suave concavidad que se aprecia en la actualidad.
Contemporáneas a la torre tienen que ser las estructuras de habitación levantadas con el abundantísimo adobe rojizo (cocido) que rueda por el otro lado largo, el sur, que cubre el muro de piedra localizado junto a la pista forestal por la que hemos accedido y que parece cerraban el poblado por este lado. Bajo el muro, y sellados por él, niveles con abundantes restos de cerámicas a mano, las más antiguas. Estos se corresponderían con el poblado castreño previo, que P. y H. Pascual asocian a cabañas como la documentada por ellos en el sector noreste, en la que localizaron una vasija pintada para la que remiten cronológicamente a los momentos primigenios del la Primera Edad del Hierro, incluso al Bronce Final.
Valga como referencia de la trascendencia que dan Pilar e Hilario Pascual a este asentamiento castreño, como uno de los primeros poblados que comienzan a ocupar el territorio en los orígenes del mundo castreño, el hecho de que utilizan el dibujo de esta cerámica a mano pintada, como la portada de su libro.
Los materiales atestiguados son variados. Además de los referentes cerámicos para cada época castreña, cerámicas a mano para el Primer Hierro y cerámicas a torno anaranjadas para el Segundo, se han atestiguado fusayolas, pesas de telar de una y de dos perforaciones, molinos de vaivén, una canica/bolita de piedra, algunos bronces, y abundantes restos de fauna que habría que asociar a basureros producto de la vida cotidiana, del consumo humano.
Como adelantábamos más arriba, el Cerro del Haya es un castro que parece atesorar una información vital para lo que sería la evolución del poblamiento comarcal. Por un lado, en su origen, podría esconder una información valiosísima sobre los momentos últimos del Bronce Final y su transición a la Edad del Hierro, asociado a las cabañas más antiguas y a cerámicas como la pintada citada. Por otro, la transición a la época celtibérica y la Segunda Edad del Hierro, en la que encajarían el tipo de sistema defensivo (torre) y, sobre todo, las viviendas rectangulares levantadas con adobes sobre un zócalo de piedra. Un castro excepcional al que interesaría prestar un poco/bastante más de atención.
Texto: Eduardo AP. Imágenes: Eduardo AP, Antonio LC y Pilar Pascual/Hilario Pascual.
Bibliografía básica:
Pascual, P.; Pascual H. (1984): Carta arqueológica de La Rioja. I. El Cidacos.
Alfaro Peña, E. (2005): Castillejos y Villares. Modelos de poblamiento antiguo en el interior del Sistema Ibérico.